De unos años a esta parte se ha hecho cada vez más habitual leer o escuchar en los medios de comunicación estudios que ponen de manifiesto el creciente deterioro medioambiental de nuestro planeta. Un ejemplo de esto lo tenemos en el último informe elaborado por el IPCC (Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU), en el que 2500 científicos de más de 130 países han concluido que el calentamiento global de la Tierra es inequívoco, y puede atribuirse al hombre en un 90%. Estos organismos, además de promover entre la población general un mayor conocimiento sobre la salud de nuestro planeta, luchan día a día por sentar las bases necesarias para combatir el cambio climático, ofreciendo como alternativa a los gobiernos la adopción de una serie de medidas ecológicas, sostenibles y de menor impacto ambiental.
Entre todas esas medidas, por su enorme trascendencia, destacan las de carácter educativo, que apuestan decididamente por fomentar el interés y el respeto de los alumnos/as por el medio ambiente y el entorno que los rodea, mediante la formación y adquisición de contenidos, actitudes y hábitos de vida ecológicos y solidarios. Todo esto convierte a los centros docentes en los vehículos fundamentales para la consecución de estos objetivos.
Una de las formas para conseguir esto, a nuestro juicio, es a través de los Programas de Innovación Educativa. En este sentido, la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación establece la innovación educativa como uno de los factores de calidad del sistema educativo, y posibilita que los centros docentes adopten iniciativas de este tipo, en el marco de su autonomía. De acuerdo con esta Ley, entendemos la innovación educativa como “una vía que los centros tienen para introducir, a iniciativa propia, cambios significativos dirigidos a mejorar la calidad de los procesos educativos que desarrollan”. Es en este contexto donde se enmarca nuestro Proyecto Medioambiental.
Entre todas esas medidas, por su enorme trascendencia, destacan las de carácter educativo, que apuestan decididamente por fomentar el interés y el respeto de los alumnos/as por el medio ambiente y el entorno que los rodea, mediante la formación y adquisición de contenidos, actitudes y hábitos de vida ecológicos y solidarios. Todo esto convierte a los centros docentes en los vehículos fundamentales para la consecución de estos objetivos.
Una de las formas para conseguir esto, a nuestro juicio, es a través de los Programas de Innovación Educativa. En este sentido, la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación establece la innovación educativa como uno de los factores de calidad del sistema educativo, y posibilita que los centros docentes adopten iniciativas de este tipo, en el marco de su autonomía. De acuerdo con esta Ley, entendemos la innovación educativa como “una vía que los centros tienen para introducir, a iniciativa propia, cambios significativos dirigidos a mejorar la calidad de los procesos educativos que desarrollan”. Es en este contexto donde se enmarca nuestro Proyecto Medioambiental.
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